sábado, 25 de mayo de 2013

La Antropología Psicológica


El primer objetivo de la Antropología Cognitiva es abordar la cultura, o más bien la diversidad cultural, como vía necesaria de aproximación al pensamiento humano. Eso no implica limitar el análisis a lo que se suele llamar la “mentalidad primitiva” como forma más destacada de la diversidad. Sería una reducción injustificada, entre otras razones por que en el fondo hay un matiz de prejuicio evolucionista en ello y, además, no se recogería adecuadamente lo que conlleva la diversidad.

El punto de partida para una aproximación al pensamiento humano es el principio de la unidad psíquica de la humanidad. Es sin duda el postulado sobre el que alentar esa pretensión. Es objetivo de la disciplina asentar sus implicaciones, algunas de ellas ya se suponen fundamentales: ¿cómo, si no, justificar que es posible que los seres humanos se comprendan y empaticen unos con otros?

Buena parte de las discusiones sobre los temas más importantes siguen abiertas. Esos temas pueden ser: el origen del lenguaje, la diversidad lingüística y las constricciones y límites de la comunicación y la comprensión, las relaciones de determinación entre lenguaje y pensamiento, etc. Adentrarse en esas discusiones es la propuesta que se hace aquí no con el fin de buscar respuestas definitivas sino tanto o más con el fin de calibrar los problemas planteados en su complejidad. La cuestión del origen de la cultura es a la vez la del origen del pensamiento y la del origen del lenguaje, cualquiera de las formas de plantearlo puede ser una estrategia adecuada, aunque para todas ellas haya en realidad escasos datos. No es un objetivo menor de la disciplina el rechazar planteamientos simplificadores y llegar a captar las múltiples dimensiones de cuestiones como éstas. Y la cuestión de la diversidad lingüística es a la vez la cuestión de la comunicación o la cuestión de la traducción. No menores que las del origen del lenguaje, en todo caso. No es objetivo menor de la disciplina el llegar a reconocer la diversidad lingüística en su justa valoración.

La cultura como sistema de conocimientos es una trayectoria de trabajo hace tiempo emprendida. No sólo es objetivo de la disciplina aceptar que cualquier cultura lo es y que no hay razón para sorprenderse de la “riqueza” o de la “profundidad” del saber de muchos de los pueblos del mundo. Esa aceptación debe implicar, además, la necesidad de adentrarse en esos saberes, entre otras razones para no dar por supuesto que para conocer el pensamiento humano basta con seguir su desarrollo en la Cultura Occidental.

La Antropología Cognitiva y la Antropología Lingüística van estrechamente unidas. Y ambas a menudo se enlazan con el resto de las ciencias cognitivas. Todo este ámbito se ha ido haciendo progresivamente multidisciplinar. Con esa perspectiva debe abordarse el estudio de los temas. Ciertamente aquí se ha subrayado la cultura como pantalla y como trasfondo, pues es definitivamente la cultura lo que liga los ámbitos de estas dos disciplinas y de todas las disciplinas de la Antropología.

Tienen así mismo una estrecha relación con la Antropología Simbólica que a su vez abarca un enorme campo temático. Para iniciarse en ella se proponen dos: el cuerpo y el espacio. Cada uno resulta ser lo suficientemente rico en sugerencias como para “perderse” en ellos. En todo caso espero que contribuyan eficazmente a replantear una teoría de los símbolos tomando la etnografía como fondo.








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